miércoles, 2 de abril de 2008

Con Amy Winehouse en la atmósfera

Con Amy Winehouse en la atmósfera

Necesito de los espejos como necesito de mi alma, en ellos veo los ojos que no me desean, que mienten, que arañan la verdad. Son los ojos de un monstruo que devora temores, sueños, decepciones; y que hartos de mi silencio, me devuelven al aire de la soledad.

Espejos y esencia...

Me pierdo en laberintos rojos, en borrascas de púrpura, en azules honduras; no hallo el pie de Satán, sólo mi rostro confundido con la depresión y el hastío. Creer que la luna te muestra su brillo para consolarte, es lo mismo que pedir sangre al desierto de dátiles y estrellas. Umbría, abre tu herida para derramar sal y muerte en ella.

Laberintos y juegos perdidos...

Mi noche se vuelve oquedad, se vuelve guijarro y ceniza; me atosiga con su llanto, mientras baila errante, y gime, y pide, y llama. No la escucho, demasiados caracoles roban mi atención, y frenan con las púas del duelo, mi avanzada hacia el nimbo mar, almohada de rendiciones.

Mareas y grietas...

Ya no hay más, ni espinas oxidadas, ni granos insepultos, ni liberticidas que merodean mi último reducto. Puedo contemplar los cristos que se desangran y las mariposas que liban cielos diluidos en sudor. Al fin soy yo, el que puede perpetuar la semilla del abismo y el olvido.

Flores muertas y lo absurdo...


JOSé alvarado-ganímedes

No hay comentarios: